Tuesday, October 3, 2017

Navidad Hoy

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Siempre me he preguntado cómo fue que terminamos celebrando la Navidad intercambiando regalos entre nosotros. Es el cumpleaños de Jesús y es Él el que debe recibir los presentes. Sin embargo, podemos hacer el buen caso defendiendo el intercambio de regalos de la celebración de la fiesta de Purim  como lo tenemos registrado en el libro de Ester (9:19, 22).

El pueblo judío había sido rescatado de sus enemigos y se le había dado el derecho de defenderse contra la destrucción. Disfrutaba de nuevos privilegios porque dos de los suyos, Ester y Mardoqueo, ahora eran las personas más poderosas en la nación y podían protegerlos de cualquiera que quisiera hacerles daño. Esta es la razón para la celebración.

¿Se puede ver aquí un paralelo?

Cuando Cristo murió por nuestros pecados, tomó precauciones para que fuéramos rescatados de esos pecados, y sus consecuencias, y de las intenciones de Satanás para nuestras vidas. Por la sangre de Cristo, y su poder aplicado a nuestras vidas, podemos defendernos de nuestros enemigos. Cristo mismo garantiza nuestro perdón, salvación y santificación. Él, como nuestro Rey y Señor de todo, va ante Dios y nos declara bajo Su proteción, bajo la sangre. Dios nos mira favorablemente, porque Cristo tomó esa precaución por nosotros. Somos libres. Esa es una razón para celebrar.

La Navidad celebra el comienzo histórico de ese proceso que llevó a Cristo a la cruz por nosotros. Cuando celebramos la libertad y los provilegios ganados para nosotros en el Calvario no hay ninguna diferencia. De hecho, cada día debe ser un día para celebrar la cruz y todo lo que Cristo ganó alli para nosotros. Cada día debe ser un día Navideño de generosidad y alegría debido a Él y el maravilloso regalo que Él nos ha dado—el perdón.


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