Thursday, December 31, 2015

Suficiente


Escrito por Paul David Tripp in "Guerra de Palabras"

Un profeta del Antiguo Testamento (Habacuc) miró a su alrededor al pueblo de Dios y dijo: “Dios, no entiendo lo que está pasando aquí. Te paraste y permitiste que tu pueblo sea muy malo. ¿Por qué permites esto? ¿Por qué no haces algo respecto al pecado de tu pueblo?” Dios respondió: “Sí haré algo. Enviaré desde el norte una nación malvada y violenta para que arrase a mi pueblo”.

¡El profeta no podía creer lo que estaba escuchando! Cuando él le pidió a Dios que hiciera algo, estaba pensando en un avivamiento – ¡el juicio no estaba en su catálogo! Entonces, protestó: “Dios, ¿cómo puedes hacer esto? ¿Cómo puedes usar a una nación más malvada que nosotros para juzgarnos? ¡Para mí esto no tiene sentido!” El profeta debatía con Dios y, en medio del debate, Dios le revelaba su poder y gloria. Habacuc concluye su libro con estas palabras preciosas:

Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas.” (Habacuc 3:17-19).

El profeta ha descrito el daño total de una cultura agrícola. Ya no queda nada – ni plantas, árboles o animales. No hay pan físico. En medio de todo esto, Habacuc dice: “Señor, aunque todo se ha ido, de todas maneras me regocijo porque tú, mi Salvador y mi Señor, mi Vida y mi Fortaleza, aún estas aquí.

Si tu sueño colapsara, si no quedara nada, ¿te levantarías en medio de tus lágrimas y dirías: “Estoy lleno de gozo porque el Señor es mi señor, el Señor es mi vida, el Señor es mi fortaleza, y gloriosamente, en medio de toda esta pérdida y destrucción, le tengo a Él?" Puedes perseguir tu sueño, o puedes perseguir el sueño del Señor para ti. Puedes pedirle que te forje a su imagen, para que cada vez más tu vida y tus palabras le traigan alabanza. O puedes desear que Cristo se adapte al ámbito y enfoque de tu sueño. ¿El sueño de quién estás buscando?

Que Dios nos ayude a ser personas que ven la señal detrás del milagro, que ven las bendiciones terrenales y dicen: “Estas bendiciones me apuntan a la realidad más profunda y plena de Cristo en mi vida. Aquello por lo que tengo hambre y para lo que quiero que sea mi vida es el compañerismo, amor y obediencia a mi Señor Jesucristo”. Mi oración es que tanto tú como yo seamos gente que siga a Jesús aun cuando no haya más cosecha, más animales, ni más pan. Mi oración es que seamos gente que se levante en la mañana y diga: “¡Estoy lleno de gozo! Soy un hijo del Rey. Él es mi vida y lo seguiré por fe”.